La gente lloraba lágrimas de metacrilato porque no había aprendido a mirar. De pronto, empezaron a salir flores metálicas como agujas celestes, como campos de espigas.
Negras flores metálicas que se alimentaban del asfalto. Minerales flores urbanas que crecían sin cesar en medio de las avenidas y que subían por las paredes de los edificios de cristal. Carnívoras flores de hierro que se comían el cemento y que formaban inmensos jardines barrocos por encima de las ruinas.
Vivimos una hermosa floración. Hermosas flores de sorprendentes aleaciones que sólo gustan de escuchar el canto estridente de los pájaros de acero que pueblan el cielo, ensimismadas en las doradas hebras de los hermosos cabellos del rubicundo Apolo (que en este caso era de PVC, color magenta, incandescente).
Pero la gente, la gente seguía llorando lágrimas de metacrilato.
Juan Yanes en blogspot
este texto nos puede venir muy bien, para poner algún extracto o lo que sea "me gusta"
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